dijous, de juliol 12, 2007


Los 4 hijos de GEB


Como en todas las civilizaciones antiguas, la cosmogonía ocupa la primera parte de los textos sagrados egipcios, tratando de explicar con el portento y el relato milagroso todo lo que se escapa del reducido ámbito del conocimiento humano.


Los cuatro hijos de Qêb (también Geb), dios de la tierra, y Nut, la diosa del cielo son dos varones y dos hembras (aunque hay versiones que hablan de un quinto hijo al que se llama Horoeris, incluso hay versiones que aseguran que este hijo era el propio Anubis) nacidos en los cinco días epagómenos que cierran el año y que eran considerados particularmente sagrados.


Estos dioses forman la primera generación de seres

que viven sobre el suelo de Egipto.


Los cuatro primeros dioses se ocupan de esa tierra escogida, velan por ella, o entran en el mundo egipcio para completar el binomio del bien y del mal, de la vida y de la muerte.


OSIRIS
El primero de los varones y el mayor de los cuatro, Osiris, es el dios de la fecundidad, la divinidad que representa y sustenta la continuidad de la naturaleza; él es quien hace nacer la semilla, quien la madura y quien agosta los campos; Osiris es el principio de la vida misma.

ISIS
Isis, su hermana y esposa, reina en igualdad sobre el extenso dominio del Nilo, en perfecta armonía con su hermano. Isis siempre está a la zaga, tras la invención de todas las artes necesarias para desarrollar la vida: desde la molienda del grano hasta las complejas reglas y leyes de la vida familiar.

NEFTIS
Neftis, la segunda hermana y la más pequeña de todos, no pudo tener la suerte de Isis la fortuna de ser esposa del buen y hermoso Osiris; por eso Neftis se quedó al margen de la felicidad (según la versión escogida Neftis puede amar a Sêth); también por eso era la representación del resto del país útil, la diosa de las tierras menos afortunadas, las tierras secas junto a los campos de cultivo; las parcelas de secano que no tenían la suerte de ser regularmente anegadas por el agua y el limo del Nilo en sus crecidas anuales.

SETH
Sêth, el segundo varón (hay textos que lo identifican como primogénito) y el tercero de los hijos, es la criatura que presagió su destino al nacer prematuramente, puesto que abrió el vientre de su madre Nut, haciéndola sufrir cruelmente. Sêth es el dios de la maldad, el espíritu negativo y el representante del desierto sin vida, la personificación de la muerte (todos estos atributos son posteriores, hay dinastías que, por ser Sêth su dios patrono, revitalizaron su culto y ensalzaron sus atributos positivos).